viernes, 15 de abril de 2016

AÑO GINASTERA. "BEATRIX CENCI" EN EL COLÓN: INTENSIDAD Y SOLVENCIA MÚSICA. "BEATRIX CENCI" EN EL TEATRO COLÓN


La puesta de Alejandro Tantanian consigue traducir en profundidad el opresivo y dramático carácter de la obra.

Beatrix Cenci de Alberto Ginastera abrió la temporada lírica del Teatro Colón. El incesto y el parricidio son los puntos centrales sobre los que gira la ópera. La realización de Tantanian asume la trasgresión de la ley y sus consecuencias como una pérdida de unidad a gran escala. No sólo los personajes y la escena se desdoblan, también lo hace la representación misma con la introducción de elementos metateatrales. Un niño da la bienvenida a la audiencia y advierte su ingreso en la ficción, revela el reverso del decorado mientras lo recorre acompañado por una bestia. Más tarde la narración volverá a desdoblarse con el ingreso del personal de limpieza para lavar la sangre desparramada después del crimen del Conde.
La ópera transcurre en un solo espacio escénico, el interior opresivo de un palacio (Tribunales) custodiado por perros reales, cuyos ladridos y aullidos grabados anuncian malos presagios. 
Es irreprochable la decisión de omitir, como en el estreno local de 1992, la separación en dos actos. La progresión dramática es comprimida y así se favorece la continuidad de una obra que descansa en el espesor psicológico de los personajes antes que en el desarrollo dramático. 
El avance es discreto y severo hasta la escena de la fiesta, cuando el Conde Cenci organiza un baile para celebrar la muerte de sus dos hijos. Luego, con la fractura de la ley, la puesta gira hacia la alucinación: un drag queen gótico oficia de anfitrión, en una orgía bacanal, con prácticas sadomasoquistas. 
La lograda atmósfera pesadillesca cuenta con un dispositivo formado por prismas espejados que ocupa un lugar central en la escena: amplifica la fractura psicológica de la familia y su realidad fragmentada. 
El diseño de escenografía y vestuario de Oria Puppo, con pocos pero eficaces recursos, se adaptó a los requerimientos de la puesta, apoyada en la iluminación de David Seldes y las proyecciones de Maxi Vecco.
La música avanza sobre una sucesión de climas y la orquesta comenta o revela una zona emocional subyacente en la acción. La Orquesta Estable se desempeñó con eficacia bajo la dirección de Scarabino, resaltó cada uno de los amplios recursos orquestales, aunque no siempre con un balance favorable.
Monica Ferracani hizo una interpretación magnifica en su exigido rol de Beatrix. Alejandra Malvino (Lucrezia) cumplió sobradamente su papel. Víctor Torres concibió un conde Cenci de gran presencia escénica, pero inaudible en algunos momentos. Florencia Machado (Bernardo), Gustavo López Manzitti (Orsino), Mario de Salvo (Andrea) y Alejandro Spies (Giacomo) sortearon las dificultades de la rigidez de la escritura vocal y el uso de registros extremos. El coro contó con la solvente dirección de Miguel Martínez. 
Beatrix Cenci
Autor Alberto Ginastera Director Guillermo Scarabino Régie Alejandro Tantanian Escenografía y vestuario Oria Puppo Sala Teatro Colón, martes 15, Gran abono
La función del domingo 20 a las 17 se transmitirá por www.teatrocolon.org.ar.

http://www.clarin.com/extrashow/musica/Ano-Ginastera-Beatrix-Cenci-Colon_0_1541246307.html

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